En el artículo anterior, Lo dice la Neurociencia: «La Belleza está en el cerebro», te comenté un estudio llevado a cabo por el profesor Semir Zeki, donde llegaron a la conclusión que la belleza sí es apreciada por el cerebro. Bueno, en esta entrega te explico que este grupo de científicos a su vez, descubrió que la percepción visual de la belleza sí posee un efecto poderoso en el cerebro. Porque cuando los participantes disfrutaban de estar expuestos a la belleza, también aumentó la actividad en otra región de sus cerebros. Se trata del núcleo caudado ubicado cerca del centro del cerebro y que es asociado desde hace años al amor romántico. Los investigadores creen que aquí hay una “correlación neural entre la belleza y el amor”. Yo podría decirte además, que este descubrimiento puede darnos una importante pista del por qué nos enamoramos con más facilidad de las personas que consideramos hermosas o bellas, en lugar de aquellas que no las consideramos atractivas.
Ahora, quiero citar otro estudio científico sobre la belleza, éste fue realizado por Neuroimage y en él se concluyó que: “la forma como autoevaluamos nuestro atractivo facial puede estar relacionada con la autoestima y basada en patrones de la actividad cerebral”.
Los investigadores señalan que al evaluar la belleza facial, hay que tomar en consideración que “los rasgos con base biológica orientan nuestra percepción de la belleza”. Por ende, sostienen que los rostros con más armonía es decir, con simetría, y que son más comunes, suelen ser considerados los más bellos o atractivas. Indicaron a su vez, que hasta los bebés se sienten más a gusto con personas de rostros atractivos y simétricos que con aquellas que no los poseen. Sin embargo, al parecer hay claros indicios que los bebés reaccionaron mejor ante personas consideradas con rostros bellos, que simplemente simétricos.
Para ratificar lo anterior, existen diversos estudios que en efector sugieren que el cerebro humano siente predilección por ciertas características de los rostros. Lo que haría pensar que el rostro con tales características va a ser considerado como “bello” por el cerebro humano, esto sin importar la raza, o influencia cultural que tenga la persona que evalúa los rostros o incluso la raza o cultura de quien es evaluado como bello o poco atractivo. Las características que prefiere el cerebro para catalogar un rostro de bello o atractivo son las siguientes:
- Rostros con simetría.
- Ojos grandes
- Rasgos infantiles
- La sonrisa (es decir el cerebro encuentra más atractiva las personas que sonríen en comparación con las que no lo hacen).
Ante estos resultados el investigador John O’Doherty, del Instituto Tecnológico de California, en Estados Unidos, dice que junto a su equipo han investigado el rol que juega la sonrisa. En el año 2003 crearon un experimento para descubrir ¿qué ocurre en el cerebro cuando una persona experimenta la sensación de belleza? De ese experimento O’Doherty y su equipo encontraron al igual que lo haría en 2011 el profesor Zeki que la región orbitofrontal del cerebro, relacionada con las emociones y el placer, se activa al contemplar rostros atractivos, y la respuesta es todavía mayor frente al estímulo de una sonrisa. Amiga por aquí va mi primer consejo para ti indistintamente del tamaño de tus ojos o si tienes el rostro simétrico o no y es: SONRÍE MÁS: ¡La Sonrisa es Poderosa!
La idea de un rostro bello cambia de acuerdo al género
En otro estudio reportado en el boletín Proceedings of the National Academy of Science (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), nos dicen que hombres y mujeres perciben la belleza de forma diferente. Ahora se sabe que cada sexo procesa la información recibida de maneras muy diferentes. Por ejemplo, mientras los hombres procesan la belleza con el hemisferio derecho del cerebro, nosotras las mujeres utilizamos ambos hemisferios. De momento, los investigadores no comprenden a qué se debe esta diferencie, sólo saben que existe.
Al respecto, el investigador español Camilo J. Cela Conde, (quien fuera destacado profesor por más de 40 años de la Universidad de Baleares en Palma de Mallorca, España), en declaraciones que dio a Europa Prees en el año 2014, indicó que la causa de esta diferencia entre hombres y mujeres para apreciar la belleza, podría estar en que nosotras las mujeres vinculamos objeto visual y lenguaje, mientras que los hombres sólo se enfocan en los aspectos espaciales (visuales) del objeto.
Insiste el doctor Cela en señalar que esto también puede estar relacionado con los roles que se asumen tuvieron los hombres y las mujeres durante la evolución humana. Por ejemplo, como los hombres eran los cazadores, se enfocaban en el aspecto espacial, mientras las mujeres como se dedicaron a la cría de los hijos y el hogar, se concentraron en desarrollar la comunicación. Es decir, el lenguaje. A pesar de esto, indica Cela todavía no se ha podido definir cómo afecta esto el concepto de la belleza que puedan tener hombres y mujeres.
Para concluir quiero citar un artículo de la revista Vanidades, donde hace alusión a este tema, nombra al doctor Cela y en especial menciona que entre los hombres y nosotras las mujeres hay incluso diferencias muy marcadas al momento de mencionar como es su ideal de belleza femenina en lo que a rostro y cabello se refiere.
Para ello la revista Vanidades compara los resultados de un estudio realizado en Gran Bretaña por el portal escentual.com. Y dice que de acuerdo a escentual.com los caballeros prefieren a las mujeres rubias (sí como en la película que protagonizó Marilyn Monroe), con labios carnosos, pómulos definidos, nariz pequeña y cejas delgadas. Esto es de acuerdo a ese estudio el ideal de belleza femenina para los hombres. Mientras, que las mujeres de acuerdo a este estudio, consideramos que el ideal de belleza femenina son las mujeres de pelo negro, con nariz y la frente bien definidas, cejas espesas y una estructura ósea más delicada. Si tomamos como base este estudio, entonces podemos decir que hombres y mujeres consideramos los ideales de belleza femenina de forma muy diferentes.
¿Qué es un rostro simétrico?
Como ya has visto, la neuroestética le da la razón a Pitágoras cuando nos indica que al cerebro le gustan los rostros simétricos, y recuerda que fue este sabio y matemático de la antigüedad el primero en decir que la belleza es simetría. Entonces, surge ahora la pregunta, si al cerebro le gustan los rostros simétricos: ¿Qué entendemos por un rostro simétrico o qué es?
Pues como si leyéramos a Pitágoras 400 años antes de Cristo, encontramos que la definición de un rostro simétrico, se refiere al tipo de rostro donde se aprecia la existencia de armonía entre sus elementos, es decir un tamaño proporcionado entre su nariz, boca, ojos, frente, mentón, mejillas. Es ese rostro donde sus facciones crean la mezcla perfecta entre sí.
Es decir, si vez un rostro con unos ojos muy pequeños y una nariz en extremo grade y una boca muy pequeña. Ahí se pierde la simetría. Igual se pierde con personas de ojos MUY GRANDES y narices ínfimas y bocas pequeñas. O cuando la boca es extremadamente grande y tiene los labios grotescamente gruesos y sus ojos y narices son pequeñas o de tamaño normal ante una boca exagerada. En estos casos no hay simetría, y por ende no hay belleza de acuerdo al cerebro y a Pitagorás. Entonces esta definición es básicamente la armonía que existe entre el conjunto de medidas entre la proporción de las facciones. Por ejemplo se dice que el tamaño de un ojo desde el lagrimal hasta el extremo exterior, debe ser igual a la medida que separa un ojo del otro. De lagrimal a lagrimal.
Sin embargo, existe otra definición de rostro simétrico que a mi juicio es más radical. Pues en ella se considera que un rostro es simétrico cuando su lado izquierdo está equitativamente distribuido con respecto a su lado derecho. Por eso, una persona que digamos por un accidente o por genética posea el rostro tal vez con la boca torcida hacia un lado o un ojo visiblemente más grande que el otro o tengo desviado el tabique de su nariz hacia un lado. Esa persona no tiene simetría en su rostro.
Para explicar mejor, esta parte correspondiente a que el lado derecho y el izquierdo del rostro deben estar lo más proporcionados entre sí, hay un ejercicio muy sencillo y consiste en tomar una foto de frente de una persona y trazarle una línea vertical justo por la mitad del rostro de arriba hacia abajo (así que la línea parte de su frente, parte por la mitad su nariz y llega hasta la barbilla). Luego al observar por separado ambos lados de la foto, estos lados deben lucir casi idénticos, sí es así se trata de un rostro simétrico. De lo contrario es un rostro asimétrico. Si estás en el ordenador haz la prueba colocando la foto en un programa como Power Point o Publisher y trazando la línea, a ver que resulta. No tienes que ser diseñadora gráfica para hacer esto.
Para mí en lo particular, y siendo yo una enamorada de la cultura helénica y la historia universal en general, me es meritorio ver y corroborar como en este siglo XXI en el campo de la estética y la belleza cobran más vigencia y gracias a la ciencia, esos planteamientos que hicieron estos hombres que seguramente cubiertos en sus batolas de colores claros hacían mientras caminaban por los jardines y calles en los colegios de Atenas.
Me resulta mágico ver como hace más de 2.400 años unos hombres que no conocieron nuestros adelantos tecnológicos, se adelantaron con precisión a decir dos conceptos que hoy la ciencia reafirma.
La belleza es simetría y la belleza es también espiritualidad, bondad, y valor moral.
¡Qué vivan los griegos!