La Educación Financiera es la capacidad que cada persona tiene para comprender los conceptos básicos en las finanzas personales y cómo se debe manejar el dinero, para ser solventes, prosperar y no caer en bancarrota y en caso de hacerlo poder superar el bache económico y salir adelante.
Por lo tanto, no es sólo tener el conocimiento, sino saber cómo aplicar estos conocimientos financieros para abordar los desafíos financieros y superarlos.
En nuestro artículo anterior, 5 Hábitos que te empobrecen y debes evitar, te comenté que el no tener educación financiera es uno de los grandes errores que podemos cometer, por eso en este artículo te presento las bases para tener una buena educación financiera y a partir de ahí, tomar mejores decisiones con nuestras finanzas personales.
La educación financiera la podemos resumir en mejorar tu bienestar financiero al saber cómo administrar de forma eficiente de tu dinero.
La educación financiera te permite entender cómo funciona el dinero en el mundo. De esa manera, aprendes a obtener, administrar e invertir tu propio capital. Una persona que domine la educación financiera puede tomar decisiones informadas sobre su economía y es menos propensa a caer en deudas o problemas económicos.
Para comenzar, inicia por aprender qué significan estos cinco conceptos básicos que toda persona, en especial si es emprendedora, debe manejar. Ellos son: ingresos, ahorro, gastos, inversión y endeudamiento, pero ¿de qué se trata?
Ingresos:
Es el dinero que recibes por tu trabajo o por fuentes como rentas. Tú como profesional independiente puedes tener más de una fuente de ingresos, o incluso hay personas que son empleadas y tienen un segundo trabajo que le genera ingresos como por ejemplo ventas de algo que hace o comercializa, dinero que recibe por la renta de un inmueble, etc.
Ahorro:
Es aquella parte de dinero que te ingresa que tú no gastas. Lo ideal, es que fijes un porcentaje de tus ingresos para este fin.
La única forma en que no puedas ahorrar, aunque sea una cantidad mínima de tus ingresos, es cuando tus gastos son superiores a tus ingresos. En ese caso, debes revisar que gastos son superfluos para no tenerlos y si todos son esenciales como alimentación, transporte, salud, educación. Entonces, debes considerar tener una fuente adicional de ingresos, porque estás literalmente sobreviviendo.
Gastos (Egresos):
Son los compromisos económicos que debemos pagar cada mes. Es decir, el dinero que debes restar de tus ingresos, y ellos se pueden clasificar en gastos esenciales o necesarios (vivienda, salud, alimentación, educación transporte), mientras que hay otros gastos (egresos) que no lo son.
Inversión:
Parte del dinero que ganas puede ser invertido. De esa manera tu dinero no se quedará estático en una cuenta corriente o de ahorros. Las inversiones pueden hacerse en corto, mediano y largo plazo.
Cuando haces una inversión es porque ese dinero te va a generar una renta o ganancia es decir una nueva fuente de ingresos. Por ejemplo: Compras un carro que si es para uso personal es un bien que generará más gastos. Pero si ese carro lo utilizas para rentarlo en un servicio de taxis o de transporte. Entonces, ese carro es una inversión que te generará una nueva fuente de ingresos.
Por ejemplo, quien ahorra dinero para comprar un carro que va a poner a trabajar como taxi, como un carro para alquilar a una empresa que necesita un carro para transporte, o alquilar en ocasiones especiales como bodas, fiestas temáticas, etc. Entonces, en este ejemplo vemos la diferencia entre quien compra un carro para uso personal y está adquiriendo un bien que se deprecia y más gastos y quien adquiere el carro para ponerlo a trabajar con el fin de generar nuevos ingresos.
Endeudamiento:
Aquí nos referimos a la “capacidad de endeudamiento” que nos permite tener un recurso de dinero (proporcionado por las entidades financieras), para adquirir cosas. Una buena administración del endeudamiento te permite tener un historial crediticio favorable que te lleve a obtener mejores préstamos o créditos (por ejemplo, un crédito hipotecario), mientras que un mal endeudamiento puede generarte mala reputación financiera, e incluso llevarte a la bancarrota, en el peor de los casos.
Claves de la educación financiera
Para tener unas finanzas sanas debes ser consciente de tus ingresos y egresos. Por eso es importante que manejes tu propio presupuesto personal.
Debes ser consciente de lo que ganas y vivir de acuerdo con ello. Llevar un estilo de vida por sobre tus ingresos mensuales te acarreará deudas.
Nunca te retrases en el pago de tus deudas, ya sean estas las de servicios básicos o las de tarjetas de crédito o préstamos.
Mantén siempre una buena calificación crediticia, esto te permitirá acceder a mayores beneficios financieros.
No dejes que tu dinero se quede sin uso en el banco. En vez de esto inviértelo o ingrésalo a una cuenta bancaria que te genere mayores intereses por él.
Toda inversión que realices debe ser informada. En ese sentido, siempre debes evaluar los pro y contra de una inversión.